El reto está en vender algunas de las marcas más renombradas, como Hummer y Saab, e intentar salvar alguna otra mucho más complicada por sus limitaciones comerciales como Pontiac. Sin duda un reto indispensable para mantener viva la gran corporación, condenada a sanearse mínimamente antes de 3 meses, que parece ser el plazo razonable para salvar los muebles y poder continuar trabajando ya como una empresa mucho más modesta.
Estos días son tristes para la economía mundial y para el motor en especial. Uno de sus mayores símbolos ha quedado noqueado.

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