jueves, 7 de mayo de 2009

Un interesante artículo de Joan Barril: "¿Robar? Solo lo normal"

Os recomiendo la lectura de este artículo de Joan Barril, que aparece hoy en El Periódico (www.elperiodico.com):

"La capacidad de escandalizarnos va por barrios y por culturas. Hay gente que se siente agredida por el humo de un cigarrillo, y otros que ven en una ligera bicicleta una pesada máquina de guerra. Hay ciudadanos que no toleran que alguien se les ponga por delante de la fila que han estado manteniendo, y otros que arremeten contra la autoridad que intenta domesticar a las multitudes. El escándalo, a veces, se mide por la tinta de la letra impresa o por los decibelios de algunos radiopredicadores. Pero los hechos están ahí. Y los hechos pesan lo que pesan.

Me sorprende sobremanera la naturalidad con la que se está asistiendo al goteo de imputados en la llamada operación Gürtel, que está salpicando a parlamentarios y altos cargos del Partido Popular. Trajes, dineros, licencias, coches de lujo, vacaciones de los niños... Todo eso está saliendo a la luz en lo que se ha dado en llamar "una trama". Yo no creo que todo responda a lo que se considera generalmente una trama; es decir, una organización que establece unas tarifas por la comisión de actos que rozan la ilegalidad. No es una trama: es simplemente la normalización de la desvergüenza. Porque en ese lío de prebendas inesperadas se da por supuesta la elegancia social del regalo a cambio de la obviedad de la corrupción impune.

Pero ya nada mueve a escándalo. Tampoco lo del espionaje mutuo entre miembros del Partido Popular madrileño, un hecho grave que se llevó a una efímera e inútil comisión parlamentaria cuyo presidente acaba de ser mezclado en el turbio asunto Gürtel. Vistas las cosas con ojos de hoy, la escandalosa abstención de los dos tránsfugas que hicieron presidenta a Esperanza Aguirre parece un juego de niños.

El escándalo se digiere muy bien en Madrid cuando afecta a las autoridades de Madrid. No quiero ni imaginar qué habría imprimido la prensa madrileña de haberse encontrado la más mínima sospecha de corrupción a cargo de un concejal comarcal del tripartito catalán. Más aún: estoy plenamente seguro de que en toda España milita en el Partido Popular gente abnegada, honrada y trabajadora que hoy se ve obligada a mirar para otro lado cuando algún vecino les recuerda lo que han hecho sus correligionarios.

Paralelamente al escándalo de corrupción, los encuestadores van por el mundo y asisten a una sorprendente indulgencia de la derecha con sus representantes. La intención de voto al PP aumenta y supera al PSOE. ¿Significa eso que el votante de la derecha está dispuesto a tragar con la corrupción de su votados solo por la posibilidad de echar del poder a los que ellos consideran unos intrusos? Mientras que la supuesta izquierda tiende a cogérsela con papel de fumar, la derecha está demostrando unas tragaderas enormes. En la necesidad de estar con los que él cree los suyos, Aleix Vidal-Quadras justificaba ayer la decisión de Silvio Berlusconi de trufar su lista europea con atractivas vedettes. Ya todo vale para la victoria. Ya nada queda de la ética política. Para ejemplo, ahí tienen el del conocido Julián Muñoz, alcalde que fue de Marbella y que se doctoró en corrupción en la prisión de Alhaurín. Tanto debió de aprender el tal Muñoz, que participará como ponente en los cursos de verano de la Universidad Rey Juan Carlos impartiendo lección magistral sobre Corrupción y periodismo.

El delito va a la universidad, los espías miran hacia otra parte, los trajes ni siquiera se llevan a la tintorería. Pero lo grave está en la desmembración de España".

Lo podéis encontrar en: http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=610187&idseccio_PK=1006

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